jueves, 20 de febrero de 2020

DIECISIETE: LA TERAPIA NECESARIA


"Diecisiete" es la última película del director Daniel Sánchez Arévalo, que tras siete años de parón, donde solamente ha realizado algún cortometraje, vuelve con la gran esencia que lo caracteriza, realizando una película llena de sentimiento y humor, que va sorprendiendo a lo largo del metraje llegando al corazón y al alma del espectador.  

Aunque ya hace meses que se estrenó en algunos pocos cines de España e hizo su incursión en Netflix, siendo de las mejores películas españolas que se han estrenado en dicha plataforma. Poco se ha hablado de esta buena película, sorprende su única nominación a los Premios Goya, y la escasa difusión por parte de medios, etc. 

Las personas que la han visto en dicha plataforma, no se han arrepentido, incluso es una película muy recomendable, por las importantes y profundas visiones de la vida que te harán reflexionar, como la normalización de una persona con el sindrome de Asperger, la conciencia sobre el abandono animal o el de las personas mayores, lo bonito de tener una amistad con tu hermano, etc. 





Héctor (Biel Montoro), es un chico de diecisiete años, que lleva dos años interno en un centro de menores. Al no socializar con nadie ni encontrar su sitio en ese lugar, le proponen formar parte de una terapia con perros. El encariñamiento y el vínculo que va creciendo entre el joven y el animal, al que llama Oveja, se hará tan grande, que Hector será incapaz de asumir que adopten a Oveja y ya no lo vuelva a ver. A pesar de que le quede poco tiempo para que finalice su internamiento, Hector decide escaparse e ir a encontrar a su mascota a toda costa, acarreando con las dificultades y situaciones en que deriven sus actos. 



Daniel Sánchez Arévalo, sorprende con su quinto largometraje. Siendo éste un metraje menos coral, con pocos protagonistas, una característica a la que no nos tiene acostumbrados. Aunque sigue con sus obsesiones que aparecen en todas sus películas, como son los vínculos entre hermanos o entre familiares, los personajes complejos o inadaptados, que los describe y los narra a la perfección, haciendo que el espectador empatice con ellos y vea similitudes en las situaciones o sentimientos que viven los personajes


Este cineasta es un gran director de actores, y con estos dos jóvenes consigue hacerles brillar elevando su interpretación, siendo éstos bastante desconocidos, puede que despunten al igual que hicieron los primeros actores que trabajaron con este director, dado que Sánchez Arévalo es un gran descubridor de talentos. 


Por primera vez, el cineasta deja de trabajar con sus actores más habituales como son Antonio de la Torre o Raúl Arévalo con los que ha trabajado en sus cuatro películas anteriores o en el caso de Quim Gutiérrez en tres de las cuatro. Todos ellos eran bastante desconocidos cuando protagonizaron "AzulOscuroCasiNegro" en 2006, por el que les valió 6 nominaciones a los Premios Goya en 2007, ganando tres, Mejor Director Novel (Sánchez Arévalo), Mejor Actor Revelación (Gutiérrez) y Mejor Actor de Reparto (de la Torre). Le siguió "Gordos" en 2009, donde a pesar de sus 8 nominaciones, solo Raúl Arévalo se llevó el Premio a Mejor Actor de Reparto 2010. En el 2011 volvió con una comedia muy loca "Primos", y su última película, otra comedia desternillante, fue "La gran familia española" en 2013. 


En total el cineasta lleva 6 nominaciones a los Premios Goya, dos como director, tres como guionista y una por el cotrometraje "Exprés", pero solo se ha llevado el premio ya mencionado.




Biel Montoro brilla interpretando a Héctor, un joven que aunque en la película no se mencione nada, parece que padece síndrome de Asperger, esto se puede sobreentender al ver como se dirige a los demás, por su gran capacidad e inteligencia, al no ser capaz de entender la ironía, y al mostrarse antisocial con la gente. Pero luego tiene una gran sensibilidad, un amor máximo por los animales, por su abuela que lo ha cuidado y algo también por su hermano. Muestra lo difícil que es encajar en la sociedad, cuando se es diferente y no se tiene las cosas fáciles, sin una familia bien estructurada, sin buenos ingresos económicos y encima en plena adolescencia. Así y todo, logra hacerte reír, tiene un humor muy bueno y agrada la manera como dice las cosas. Engancha ver la evolución que toma este personaje y el por qué de sus actos, equivocándose reiteradamente, pero con un buen trasfondo. Lo único sorprendente es que no estuviese nominado como Actor Revelación en los pasados Premios Goya, porque interpretativamente lo merecía más que otros con menos peso en sus películas, aunque esas películas fuesen de más caché. 


Por otro lado Nacho Sánchez, interpreta al hermano mayor, "Ismael", que ha tenido que madurar y hacerse cargo de muchas responsabilidades antes de que le correspondiesen. Es capaz de normalizar cómo es su hermano, entenderlo, cuidarlo y protegerlo, poniendo los pies en la tierra, pero demostrando que aunque en algún momento, los dos hermanos dejaron de entenderse, nunca se distanciaron. Este personaje también juega con el drama y con el humor, en ciertos tramos de la película, haciendo reír al espectador. 


Ambos actores se salen, siendo la primera vez que los dos protagonizan un largometraje, y sin duda, lo mejor de la película es la gran conexión que hay entre ambos personajes, esa hermosa relación de hermanos que aunque tengan visiones diferentes, se quieren y se ayudan, llegando a traspasar la pantalla. El director lo tuvo claro en el momento que vio los casting de ambos, y al juntarlos, se hizo la magia, como si se conocieran de toda la vida. 




La película presenta una buena banda sonora (escuchar aquí), con una melodía muy ligera, unos arpegios y unos acordes que te adentran en el viaje de esos dos hermanos. Está compuesta por Julio de la Rosa, siendo la primera vez que trabaja con el cineasta. De la Rosa, ha estado nominado en dos ocasiones a los Premios Goya a la Mejor Música Original, por "La isla mínima" en 2014, (escuchar aquí), y por "El hombre de las mil caras" en 2016, (escuchar aquí), obteniendo el cabezón por la primera película nombrada. 


La espectacular fotografía de Sergi Vilanova (Las leyes de la termodinámica), hipnotiza tanto al espectador, que mientras se ve la película se desea ir por esas tierras, esos paisajes tan maravillosos, esas playas infinitas, esos acantilados verdes, y no es otro lugar que Cantabria, comunidad natal del director. Con películas así te das cuenta de la maravillosa geografía que hay en la península y debería darse muchísima más visibilidad.  




Como es habitual en este cineasta, también escribe un fantástico guión, con grandes toques de humanidad, creatividad y con giros inesperados, sobre todo en el final, cuando crees que va a terminar de una manera, te sorprende con algo que no preveías. Aunque puede que le falte un poco de desarrollo para saber lo que sucedió en el pasado, o algún toque más melodramático, se acaba conectando sin necesidad de exprimir los sentimientos del espectador. 

    
Esta historia increíble se fraguó, cuando el director leyó un articulo donde se decía que en un reformatorio iban a realizar una terapia con perros de un refugio, y como nos enseña este film, los animales y el amor a ellos pueden ser terapéuticos. El cineasta también homenajea un poco, con el juego que hace el protagonista de dejar las marcas en el lugar que alcanza corriendo, a una de sus películas favoritas "La gran evasión" de 1963, también homenajeada por Tarantino en "Érase una vez en... Hollywood", comentada en el blog.




Lo realmente bello de este filme son todos los mensajes que deja para la reflexión, expone el abandono a la gente anciana, cómo la gente se desentiende de ellos cuando estos ya no cumplen un rol en la sociedad, pero en contraposición también se puede ver ese amor y cariño que le tienen los nietos a su abuela, esa relación preciosa por la persona que te ha criado y lo ha dado todo por ti sin pedir nada a cambio, esa delicada frase que le dicen "no te mueras abuela, hasta que vuelva". Al igual que se muestra el precioso vínculo de los hermanos, ayudando el uno al otro, estrechando lazos, disfrutando del tiempo juntos y encontrando su sitio con el apoyo del otro.  


También dando visibilidad y conciencia sobre el abandono de los animales, entre ellos los perros, mostrando lo importante que es acoger a los perros que se encuentran en los refugios y las protectoras, que en ese lugar no se va a elegir, sino a darles amor, a quitarles el sufrimiento vivido y salvarlos de la muerte. Se refleja muy claramente que los animales pueden humanizar a las personas, que pueden dar ese amor y ese refugio que a veces no se encuentra en otro sitio y ser los compañeros de todas las batallas que te depara la vida. Un ejemplo es el perro de tres patas, que consigue que toda la familia vuelva a encajar, cuando eran piezas perdidas en su anodina soledad. 



Como toque anecdótico, las escenas con los perros se grababan en base a ellos, a sus ritmos y sin forzarlos a nada. También todos los perros que salen en el filme pertenecían a una protectora, y se eligieron éstos con el objetivo de que al finalizar las 7 semanas de rodaje todos serían adoptados


En el caso de Oveja, se intentó filmar una escena tirándole un palo, pero se asustó tanto al ver un palo levantado, seguramente por algún trauma de que alguien le habría pegado con ello, que se desestimó. Con el transcurso del rodaje, el vínculo entre el actor y el perrito fue creciendo tanto y haciéndose tan fuerte que el propio actor fue el que adoptó a Oveja y en la actualidad es su mascota. 

  
Cuando se presentó la película en el Festival de San Sebastián, el pasado mes de Septiembre, transcurrido varios meses desde que se finalizara el rodaje, Oveja se reencontró con Daniel Sánchez Arévalo, y fue como si se acordase que esa persona era la que le había sacado de la protectora, porque no paraba de agradecérselo.



Esta road movie narra una historia muy sencilla, una trama cotidiana, hablándonos de la vida y de la muerte, de las segundas oportunidades, del amor, en todas sus clases y vertientes, de lo difícil que puede ser madurar y todas las responsabilidades que acarrea, de llegar a entender y saber, que para ganar, hay que saber perder, que a veces hay que aceptar las derrotas y enfrentarse al fracaso para volver a levantarse, sin trampas, sin trucos, siendo como se es. Éste es un viaje no solo al interior de uno mismo, de conocerse o de reencontrarse, sino también de conocer o redescubrir a los que te acompañan en el camino


El cineasta se ha reencontrado consigo mismo, y si esta película te llega, tú también te habrás encontrado. Además induce a querer acompañar a estos dos jóvenes a realizar ese viaje con ellos, o a realizar uno contigo mismo o con los tuyos. Las personas deberían analizarse más, quererse más, abrazar los sentimientos y a los suyos, puede que toda la sociedad sea la que necesite esa terapia con animales, para volvernos más humanos y mejores personas.




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