Hace cinco años Disney nos sorprendió con una especie de Spin-off del relato original de la Bella Durmiente, que a algunos les gustó muchísimo, al poder entender que en todo villano hay un trasfondo que explica por que actúa de determinada manera, y a otros les produjo un cortocircuito mental, al hacer bastante buena a una de las villanas más emblemáticas de toda la saga Disney.
Lo que si que nos dejó claro es que fue un gran éxito en taquilla, cuadriplicando el coste de la película, recaudando 758.410.378$ por sus 180.000.000$ invertidos. Y todo eso fue en gran parte por la magnética actuación de Angelina Jolie que brillaba igual que los efectos especiales.
En esta secuela del Spin-off, pese que se intenta contar una historia original y ampliar los horizontes de cada personaje, dentro de la temática de la cual está ambientada, se queda en medio de la nada, tanto en el argumento como en sus personajes.
El argumento acaba siendo bastante pobre, contándonos una historia ya contada miles de veces, de batallas entre distintas razas, el autoritarismo al querer dominar todo el territorio a toda costa y un romance mediocre. Además a los giros en la trama les falta coherencia, no se entienden cosas que han pasado previamente y no te lo explican a lo largo de las 2 horas de metraje.
En cuanto a los personajes, la esencia y el magnetismo que le daba Angelina Jolie a Maléfica en la primera entrega, en esta secuela se la ve perdida, ausente, como si las acciones transcurriesen a su alrededor pero ella casi no fuese partícipe, solo en el primer acto de la película y en el final se le da un poco de relevancia a su actuación. Por otra parte, Elle Flanning dando vida a la Princesa Aurora, se convierte en un personaje endeble, muy manipulable e inseguro, nada que ver con el de la primera parte. La única mujer que destaca favorablemente es Michelle Pfeiffer como la Reina Ingrith, que lo borda siendo la "Maestra del Mal" y dándole pulso a la película y a su consuegra Maléfica, sobretodo en la escena de la cena de compromiso, una de las mejores de toda la trama.
En definitiva, a las mujeres, que tienen más peso en la historia se las pinta como seres crueles, frívolas, manipulables y autoritarias. Mientras que a los hombres en esta cinta pintan bien poco, los convierten en bobos, pasivos en la historia y que pasan desapercibidos, solo destaca un poco Ed Skrein como Bora, personaje nuevo que tiene relevancia en el segundo acto.
En definitiva, a las mujeres, que tienen más peso en la historia se las pinta como seres crueles, frívolas, manipulables y autoritarias. Mientras que a los hombres en esta cinta pintan bien poco, los convierten en bobos, pasivos en la historia y que pasan desapercibidos, solo destaca un poco Ed Skrein como Bora, personaje nuevo que tiene relevancia en el segundo acto.
Lo brillante de esta película es que si que consigue entretenerte de principio a fin, presentándote una fotografía y unos paisajes preciosos, haciéndote que desees que exista en algún sitio ese espectáculo de colores. Por otra parte, intenta infundir grandes lecciones como lo importante que es saber valorar y apreciar las diferencias, ser tolerante con las creencias de los demás y fomentar una armonía entre las distintas culturas, razas etc que existen, aunque no lo hace con tanta profundidad y claridad como los mensajes de su predecesora, de la avaricia del hombre, la traición, lo falso del beso de amor verdadero a no ser que sea dado por una madre o un padre, el rencor que puede convertir en malvados a la gente y el amor en benévolos.
Sin duda alguna pese a que seguramente recaude más de lo invertido, se quedará muy por debajo de su predecesora, y una tercera parte podría ser desastrosa sin un buen guión.
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