La escritora que sabía el significado de ser niña cuando hacía mucho que había dejado de serlo.
Quien no ha cantado o ha escuchado alguna vez "Pipi Calzaslargas, Pipilota para los niños soy", quien de niño no ha querido ser Pipi y vivir mil aventuras junto al Señor Nilsson, su mono tití, y junto al Pequeño tío, su caballo de lunares. Ser feliz como se es en la infancia pero pudiendo hacer lo que quieras como un adulto.
Y así es como arranca esta fabulosa película donde se relata los años más difíciles, cruciales y que por supuesto determinaron la vida de esta excelente escritora.
La película los narra el biopic de esta escritora mundialmente famosa, pero no nos muestran los años previos al esplendor que consiguió como escritora o sus años de mayores éxito, como si han hecho otros biopics del 2018 (Bohemian Rhapsody, Rocketman, etc), en esta nos cuentan el núcleo, el momento que la marcó tanto, que pasó de ser una escritora normal a llegar a ser brillante.
Supongo que lo que somos es la suma de las pequeñas vivencias y experiencias que vamos acumulando a lo largo de la vida, y por tanto tenemos que valorar tanto las cosas buenas como las malas, porque el conjunto de todas ellas son las que determina quienes realmente somos.
Otra cosa que recuerda la unión de Pipi con su historia, es la rebeldía, las ganas de querer llegar a la igualdad de género, la libertad que a ella le hubiese gustado tener cuando era niña y que en la época que vivió era inviable, por la opresión en la que vivían las mujeres, tanto por la religión, por el que dirán o por la imposición a la dependencia a los hombres.
Y por último y lo más emotivo, el amor a un hijo, el querer lo mejor para él aunque eso te parta el alma, el luchar por él aunque todo el mundo te de la espalda o piense que lo que has hecho está mal.
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